Salomón



Naty es una mamá muy suertuda porque puede trabajar desde su casa. Algunos días se le enroscan un poco las cosas entre los chicos, los clientes y las camas sin hacer pero a ella no le importa.

Su lugar de trabajo está en la parte más alta de la casa y desde ahí, como si fuera una princesa en su torre hace malabares para llegar a tiempo con todo.

En su escritorio suele estar Salomón, acurrucado sobre una montaña de almohadones que a esta altura son suyos.
Salomón es un gato grande. Ya cumplió 18 y eso en el mundo de los gatos es como ser abuelo. Por eso hace como 5 años ya, que lo miman más de lo normal, lo besan más de lo normal y él, claro está, se aprovecha más de lo normal.
Hasta lo dejan comer Sushi. Si. Así como lo escuchan. A Salomón le gusta el sushi.

Entonces, tenemos una mamá que trabaja en la torre más alta, tenemos un gato que come sushi, ehh perdón, digo… un gato que es como el abuelo de los gatos, y este equipo de mamá maga y gato sabio pasa muchísimas horas juntos.

Cuando los chicos llegan de la escuela, lo primero que hacen es lavarse las manos, dejar la mochila en el recibidor y subir corriendo los tres tramos de la larga escalera para subir a saludar a Salomón. Él, primero se hace el dormido. Claro… tiene tiempo de sobra de acomodarse porque desde la planta baja Fran sube a los gritos de —“ Mami, ya llegue”— y eso al gato le da tiempo de preparar su magistral actuación.
Si uno no lo conociera, pensaría que es un gato aburrido y dormilón, pero él, la verdad, la verdad, se divierte muchísimo en la casa de esta familia….



Les contaba, primero se hace el dormido y después de que los chicos pasaron al menos 5 minutos haciéndole mimos y dándole besos para despertarlo, abre apenas un ojito… porque no sea cosa de mostrarse muy despabilado y que sospechen.. —No señor.. —Salomón, es también, un gran actor.

Así logra recibir esa dosis de mimos extras que tanto disfruta. Él sabe que no hay mimos más lindos que los de Fran y Sofi, siempre generosos y acompañados de muchos besos.

Y así pasa los días, entre almohadones y mimos…
Pero lo que nadie sabe es lo que él hace de noche cuando la casa queda en silencio…

Va habitación por habitación recitando conjuros mágicos, cuidando que los más chicos sueñen historias felices y los más grandes tengan un sueño reparador y tranquilo.

Porque así son los gatos abuelos…. Están repletos de magia.



Nota: Las bellísimas fotos que ilustran la historia son del mismisimo Salomón y estan sacadas por la Genia de Natu Reyes!. Toda mi gratitud para ustedes dos♥

9 comentarios:

  1. Gracias querida amiga por acompañar los pasos que dan mis palabras.

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  2. que lindo! no soy de gatos, en casa siempre hubo y habrá perros... pero el cariño y la compañia que dan unos y otros, es de las mejores cosas de la vida!

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    1. jaja amigos increibles, algunas veces bajo unos bigotes largos y otras diciendo guau!
      Unos y otros velan incondicionalmente por nosotros! Gracias Vero por pasar y por tomarte el ratito para comentar! Abrazo grande

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  3. Este post es amor puro. Del más puro de todos. Me voy de acá feliz.

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    1. Que lindo feedback me dejas.. ahora la feliz soy yo! :)
      Abrazote.

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  4. Qué lindo! Qué importante poder conectar y amar a los animales!! Acá también somos de perro, es uno más de la familia. Pero uno muy especial y mi gran compañia cotidiana.
    Divino post!!! beso grande

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