La emoción me atrapó parada en el colectivo, camino a comprar materiales.
13 horas. El colectivo repleto y yo, que me acomodé como pude para abrir mi libro sin molestar a nadie...
Libro nuevo, a empezar, primer capítulo, no habia pasado la tercer pagina y ahi estaba, luchando con las lágrimas que me nublaban la vista y preguntandome si en medio de tanta gente, seria posible sacar un lapiz de la mochila para subrayar unos párrafos.
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| La foto la saqué a la vuelta, con el colectivo mas libre. |
No sé en que momento sucedio. Sentí la vista de otro pasajero clavada en mí y al levantar la mirada para ver que pasaba noté su cara preocupada, me di cuenta que yo estaba llorando como una marrana!
Tuve que entrecerrar el libro y respirar hondo porque las lágrimas decidieron convertirse en cascada y ya fue imposible retener el llanto.
Mientras acomodaba mis emociones me puse a pensar hacia cuanto que esto no me pasaba algo así y simpáticamente me recordé en la costa del mar, casi terminando los años 90, agarrada a un libro de esta misma autora.
No puedo juzgar el libro objetivamente porque recien lo empiezo y creo que no podré hacerlo tampoco al terminar.
Porque Mastretta tiene esa cosa de palabras embrujadas, que te embelesan, y te hacen sentir y comprender justo lo que ella quiere decir...
Y cuando un libro, nos deja viajar, nos lleva a conocer otras vidas, a vivirlas y hasta comprenderlas. Listo. Es por lejos mas de lo que espero como lectora.
Ya veré como hago en esta semana de tanto trabajo para volver al menos un ratito cada día a este mundo de palabras.
¡Que bien describís lo que hace que un libro nos atrape de verdad! Me dejás con muchas ganas de leer éste que tanta emoción te ha provocado. Casualmente la última entrada en mi blog hace referencia a un capítulo de "El mundo iluminado", de la misma escritora.
ResponderEliminar¡Que puedas encontrar los ratos necesarios para seguir con tu lectura! Cariños...
Uy ya me lo anoto en mi listita...
ResponderEliminardespués me contás un poquitito más de qué se trata... pero por el nombre, y por tus emociones ya me dan ganas de leerlo...