Es cierto que el libro se fue por unos días a cubrir una nueva emergencia, pero también es cierto que leí este capítulo antes de prestarlo.
Ya desde el título sabía que se merecía como mínimo un par de líneas adicionales.
**Cree en los milagros**
La oración es tan tajante y tan concisa que todos estos días retumbo en mi cabeza.Creer en los milagros, en imperativo. Sin lugar a dubitar. Creer siempre creer..
Pero en ¿que? en ¿milagros?
Y aca entendí que era lo que me hacia ruido.. y es definir lo que para cada uno es un milagro.
Para mi por muchísimos años, creo que los primero 40 de mi vida, un milagro era una cosa extraordinaria, que solo podía compararse con una recuperación milagrosa de un enfermo, una virgen que llora sangre o algún accidente que dejo, inexplicablemente, sobrevivientes.
Hoy tan solo un par de años después siento que un milagro es otra cosa.
Es algo mas tangible y cotidiano de lo que la mayoría cree. Y todo lo que antes para mi era suerte o casualidad, hoy es milagro o causalidad.
Cada vez que un deseo o una necesidad profunda es cubierta, estamos en presencia de un milagro. Esto puede incluir cosas tan triviales como que un taxi aparezca providencialmente debajo de la lluvia, conseguir estacionamiento en lugares imposibles, que alguien te obsequie algo que quieras con todo tu corazón, o como hace mi hijo, que cuando va a la heladería y no elije sabores sino potes al azar (en complicidad con el heladero que le avisa si ese sabor ya lo probo y no le gusto o si tiene alcohol) y siempre pero siempre sale uno de sus favoritos. Convengamos que le gusta mucho el helado y casi todos los sabores le agrada, pero el lo vive así, como un hecho que no es casual. Como algo mágico. Y es genial.
Y creo que a esto nos lleva el texto de hoy. a ver cada una de esos pequeñísimos toques geniales de nuestra vida, como un evento mágico, milagroso. Porque lo son.
Hace unas semanas se me descalabro la economía mal. Un par de gastos imprevistos, unos clientes que tardaron mas de lo previsto en retirar y de golpe no había efectivo para la verdulería. Eso en una familia que es 90% vegetariana, es un tema.
Voy a la verduleria con la consigna de traer solo lo imprescindible, y pum, el verdulero me dice. "Vos que consumis tantas paltas, no te queres llevar estas que ya no están para vender?" y sin dejarme responder puso 6 paltas en mi bolsa que alcanzaron para unas cuantas ensaladas. ¿Suerte? No. Milagro
Hoy quiero invitarlos con todo mi corazón a que volvamos a revisar nuestras vidas para apreciar esos pequeños momentos mágicos, que nos rodean, para que podamos agradecerlos y dejalos fluir.
Porque es muy cierto que hay que creer en los milagros, pero también hay que dejar espacio para que sucedan. Tengan todos un maravilloso y milagroso día.