Una cosa lleva a la otra. Hay quiene llaman a esto casualidad. Yo no puedo...
Ayer. unas horas después de haber publicado la entrada de los caminos, me encuentro con este precioso texto, que no recordaba...
Me resultó tan simbólico que ya estoy pensando en una nueva relectura de Alicia.
-Minino de Cheshire -empezó Alicia
tímidamente, pues no estaba del todo segura de si le gustaría este
tratamiento: pero el Gato no hizo más que ensanchar su sonrisa, por lo
que Alicia decidió que sí le gustaba -. Minino de Cheshire, ¿podrías
decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí?
-Esto depende en gran parte del sitio al que quieras llegar - dijo el Gato.
-No me importa mucho el sitio... -dijo Alicia.
-Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes - dijo el Gato.
- ... siempre que llegue a alguna parte - añadió Alicia como explicación.
- ¡Oh, siempre llegarás a alguna parte - aseguró el Gato -, si caminas lo suficiente!
Y siguiendo con la temática felina, porque al fin y al cabo, todo tiene que ver con todo, les cuento que los tres gatos que habitan mi hogar hoy amanecieron durmiendo sobre mi cama. Si han podido dirimir las diferencias irreconciliables que los separan, es oficial, el Otoño, se está acercando con paso firme...
Y convengamos que, si con la primer refrescada, ya están todos juntos durmiendo sobre la cama, es porque tan mal no se deben llevar. Yo, por las dudas, no pierdo las esperanzas de que algún día reine la armonía.
Aprovecho y se los presento:
Este es el trío patapufete, que de distinto modo, van acompañando mis largas horas de tejido.
Por orden de llegada al hogar les presento a Elmer ( el gris y blanco) que intenta comerse la rúcula, León el gris con pecherita blanca que mira desde la ventana y que ya conocen de esta foto y Ringo (alias el Negro) un gran robador de ovillos. ( A ninguno he podido elegirle el nombre yo, pero algún día conviviré con un gato que se llame Asimov :))
¿Se imaginan la dicha de estos tres rescatados al caer en una casa repleta de lanas e hilos? Para ellos vivir en casa es como vivir en un parque de diversiones, y franquear la puerta de mi estudio, es como entrar en Disney.
Los tres son de andar cerca cuando me dispongo a trabajar... Pero hay uno en especial, que es un gran gran compañero de mis jornadas. ¿ya se dieron cuenta cual es?
La verdad, más vinculos voy haciendo en el mundo del tejido, más me sorprendo de una sintonía tácita que hay entre gatos y tejedoras, que para mi no iba mas allá de la típica imagen del gatito bebe jugando con un ovillo de hilo! (tema del que prometo hablar en un post cercano) pero que parece sobrepasar lo comprensible. Hablar de hilos, hablar de gatos, para mí es casi tan maravilloso como hablar de magia :)
Y vos ¿Tejes? ¿convivís con gatos? ¿crees que haya una relación mágica entre gatos y lanas?
¡Cuentenme!, ¡Me encantaría leerlos!
Ayer. unas horas después de haber publicado la entrada de los caminos, me encuentro con este precioso texto, que no recordaba...
Me resultó tan simbólico que ya estoy pensando en una nueva relectura de Alicia.
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La ilustración es de Sir John Tenniel y es la que acompañó la primera edición de "Alicia en el país de las maravillas" (1865) |
-Esto depende en gran parte del sitio al que quieras llegar - dijo el Gato.
-No me importa mucho el sitio... -dijo Alicia.
-Entonces tampoco importa mucho el camino que tomes - dijo el Gato.
- ... siempre que llegue a alguna parte - añadió Alicia como explicación.
- ¡Oh, siempre llegarás a alguna parte - aseguró el Gato -, si caminas lo suficiente!
Y siguiendo con la temática felina, porque al fin y al cabo, todo tiene que ver con todo, les cuento que los tres gatos que habitan mi hogar hoy amanecieron durmiendo sobre mi cama. Si han podido dirimir las diferencias irreconciliables que los separan, es oficial, el Otoño, se está acercando con paso firme...
Y convengamos que, si con la primer refrescada, ya están todos juntos durmiendo sobre la cama, es porque tan mal no se deben llevar. Yo, por las dudas, no pierdo las esperanzas de que algún día reine la armonía.
Aprovecho y se los presento:
Este es el trío patapufete, que de distinto modo, van acompañando mis largas horas de tejido.
Por orden de llegada al hogar les presento a Elmer ( el gris y blanco) que intenta comerse la rúcula, León el gris con pecherita blanca que mira desde la ventana y que ya conocen de esta foto y Ringo (alias el Negro) un gran robador de ovillos. ( A ninguno he podido elegirle el nombre yo, pero algún día conviviré con un gato que se llame Asimov :))
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Aquí se los puede ver recibiendo el pedido de la verdulería |
¿Se imaginan la dicha de estos tres rescatados al caer en una casa repleta de lanas e hilos? Para ellos vivir en casa es como vivir en un parque de diversiones, y franquear la puerta de mi estudio, es como entrar en Disney.
Los tres son de andar cerca cuando me dispongo a trabajar... Pero hay uno en especial, que es un gran gran compañero de mis jornadas. ¿ya se dieron cuenta cual es?
La verdad, más vinculos voy haciendo en el mundo del tejido, más me sorprendo de una sintonía tácita que hay entre gatos y tejedoras, que para mi no iba mas allá de la típica imagen del gatito bebe jugando con un ovillo de hilo! (tema del que prometo hablar en un post cercano) pero que parece sobrepasar lo comprensible. Hablar de hilos, hablar de gatos, para mí es casi tan maravilloso como hablar de magia :)
Y vos ¿Tejes? ¿convivís con gatos? ¿crees que haya una relación mágica entre gatos y lanas?
¡Cuentenme!, ¡Me encantaría leerlos!